Históricamente el desarrollo personal y el desarrollo de los líderes pasan por etapas en donde los modelos de moda enfatizan un aspecto y le dan prioridad sobre los otros. Recientemente se popularizó un modelo que trata de destacar los rasgos positivos sobre la importancia de los aspectos negativos de la persona. El éxito viene, sostienen, cuando la persona desarrolla al máximo el potencial de sus fortalezas y talentos.

Recomiendan descubrir las fortalezas, los talentos y trabajar para desarrollarlos y no preocuparse (tanto) por las debilidades o las limitaciones. Lo importante, según este enfoque, es después de descubrir tus talentos, nutrirlos con práctica hasta lograr los objetivos personales.

Después de varias décadas de observar carreras exitosas destruirse por un desliz o una debilidad he encontrado que el enfoque positivo no es suficiente para triunfar en el largo plazo. Puede ser indispensable, pero no es suficiente.

Algunos casos recientes refuerzan esta creencia. Brian Williams conductor titular del programa NBC Nightly News se convirtió en uno de los periodistas más respetados de Estados Unidos. El escándalo que provocó con la historia de su participación en una misión en helicóptero bajo fuego en Iraq en 2003 es ya conocida. Su primera versión fue que él iba en un helicóptero que fue alcanzado por el fuego enemigo. Cuando otros tripulantes de los helicópteros lo desmintieron, corrigió su historia diciendo que se había equivocado que no fue su helicóptero el que sufrió el impacto, sino uno que iba detrás del suyo.

Al perder la credibilidad del auditorio, la NBC anunció que Williams fue suspendido de su trabajo por 6 meses sin goce de sueldo. Una carrera y una reputación descarriladas por una mentira que regresó como boomerang. Rápidamente.

Ciertamente es importante encontrar las propias fortalezas y nutrirlas. Talentos como el pensamiento estratégico, la capacidad de hacer equipos y muchos otros son factores clave para construir una carrera exitosa.

Pero el cuidar las debilidades, trabajar sobre los aspectos negativos de la personalidad son indispensables para sobrevivir. El catálogo de debilidades en los líderes de negocio parece superar la lista de pecados capitales. La debilidad sexual sucede en las mejores empresas. Las carreras en fast track de pronto se convierten en argumento de telenovela de radio pasillo que terminan con la salida del ejecutivo, con pocas explicaciones para llevar a casa.

La pérdida del auto control hizo que el general Patton abofeteara a un soldado en un hospital en la Segunda Guerra Mundial por considerar que estaba fingiendo una enfermedad y debía estar en el campo de batalla. Esto le costó la carrera militar, hasta ese momento sumamente exitosa. Este descontrol lo vemos repetido en el gobernante que abofetea a su asistente o en versiones corporativas en las juntas en que los ejecutivos pierden el control, se salen de sus casillas y desbarrancan su carrera. Un grito de más o una salida de tono pesan tanto o más que un grave error o el fracaso de un proyecto.

Así también hemos visto carreras desbarrancadas por tomar dinero extra en los gastos de viaje, por contratar solo personas “a modo” en lugar de contratar a los más aptos. Usted puede recordar casos de “parálisis por análisis” que demoraron fatalmente las decisiones; o la falta de exigencia a tiempo de los colaboradores que han resultado en carreras directivas truncadas.

La crisis o el estrés acumulado muestran la debilidad del ejecutivo. La debilidad debe ser superada constantemente para sobrevivir y dar tiempo para consolidar las fortalezas . El líder debe conocer sus debilidades y mantenerlas a raya. Sobre todo en los momentos más difíciles.

Los descarriladores siempre han existido, una gran diferencia ahora es la televisión y las redes sociales que comunican y hacen viral comportamientos que por falta de difusión antes pasaban desapercibidos. Esto tiene su equivalente en las empresas. Los correos y los whatsapp hacen las veces de difusión de las crisis o de la actuación del ejecutivo. También los esfuerzos sistemáticos de las empresas han facilitado las denuncias acelerando la aparición de personajes en el descarriladero.

No se trata de descartar las teorías del desarrollo de las fortalezas o el enfoque positivo en los negocios, más bien se trata de vigilar los rasgos negativos que provocan los descarrilamientos y mantenerlos a raya, porque cuesta mucho trabajo construir una carrera, muchos sacrificios y dedicación para formar al líder.