Después de años de declinación, al verse atacada por la competencia externa y las crisis globales, la manufactura mexicana está entrando en una nueva etapa de crecimiento y con esto se presenta una nueva oportunidad para el desarrollo.

Con el proceso de apertura de la economía del país muchas industrias se fueron haciendo cada vez más pequeñas ante la imposibilidad de competir con los productores de China y otros países. Así fueron llegando al mínimo algunas industrias, mientras que otras grandes industrias se vieron envueltas en la ola globalizadora que las obligó a buscar nuevas alternativas estratégicas.

Al mismo tiempo, algunas industrias, como la automotriz y la de bienes de consumo duraderos cimentados en la exportación a EUA, vieron una época de crecimiento ampliando su capacidad. Al llegar la crisis no fueron la excepción y también  sufrieron una caída.

Ahora con la recuperación económica y la falta de mano de obra en China el panorama empieza a cambiar para las fábricas mexicanas que en algunos casos ya están en el síndrome “de no vender a no entregar” provocado por el aumento en la demanda.

Esta nueva perspectiva de la manufactura se presenta más favorable. Por ejemplo, en México se están instalando más armadoras automotrices  que buscan proveedores confiables cercanos. Recientemente las dificultades con la proveeduría china hacen que el éxodo de fábricas a China sea más lento y pareciera que algunos están dispuestos a regresar a México, generando nuevas oportunidades.

Para aprovechar esta nueva época de la manufactura, la visión y la estrategia de las empresas deberá ser distinta ya que se presentan oportunidades a corto plazo pero los riesgos, a largo  plazo, siguen vigentes.

La estrategia de manufactura deberá estar alineada con la estrategia de la empresa y convertirse en ventaja competitiva con la estructura de costos muy austera y la proyección de inversiones a largo plazo.

Uno de los cambios fundamentales está en integrar mayor valor agregado a la pieza producida ya sea  vía conocimiento, iniciativa empresarial o inversiones en equipo y automatización. México ya no puede seguir vendiendo minutos baratos para el ensamble como estrategia industrial o ser asiento de empresas que buscan principalmente la mano de obra barata o la cercanía con Estados Unidos.

Aunque el costo de capital en relación con el costo de mano de obra hace muy complicado invertir para automatizar y mejorar la productividad, la tendencia debe ser hacia mayor inversión por los efectos que tiene la mecanización sobre la calidad y la uniformidad de los productos.

La nueva manufactura estará ligada a velocidades de respuesta mucho mayores para el mercado. Los procesos de desarrollo de productos necesitan ser más ágiles y eficaces, con una mayor coordinación en toda la cadena de valor. No será suficiente basar la competitividad solamente en el tiempo de traslado.

La tecnología de manufactura de los modelos japoneses como el control total de calidad y la manufactura esbelta se deben conjuntar con modelos de participación y trabajo en equipo.

Una vez que estén instalados los sistemas de aseguramiento así  como los sistemas de mantenimiento moderno, los sistemas de control  de calidad y de manufactura esbelta se deben adaptar a  los nuevos desarrollos sobre ejecución eficaz y coordinación basados en los principios de lenguaje para la acción.

La nueva fuerza de trabajo para la manufactura son los jóvenes milenio, que llegan con mucha mayor información general y con menos formación de trabajo. Esto demanda nuevas habilidades de parte de los líderes en las fábricas para retener a estas personas por lo que  requerirá capacitación técnica y de liderazgo  específica para su nuevo rol.

La base de higiene de la empresa que incluye seguridad, ecología, limpieza, orden y, buenas prácticas se debe llevar a un alto nivel ya que en la mayoría de los casos la fábrica viaja en dirección opuesta a la cultura de los trabajadores y resulta ser un factor indispensable para lograr la competitividad a largo plazo.

Para tener una operación competitiva y exitosa se requiere hacer muchas cosas a la vez y todas son importantes. La estrategia de manufactura define las prioridades, por dónde empezar y qué hacer para lograr aprovechar la nueva etapa de la manufactura.

Para crecer y reposicionar las fábricas mexicanas en la economía global se requiere un gran esfuerzo pero primero una visión muy clara y unas estrategias realistas que aprovechen esta oportunidad.

Colaboración para el periódico EL NORTE.

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