Cuando le preguntaron a un empresario latinoamericano cuál era el secreto del éxito que estaba logrando en los Estados Unidos su respuesta fue muy simple: «En nuestros países nos entrenamos en los negocios en las condiciones más adversas posibles: burocratismo, falta de personal especializado, deficiencias de infraestructura y corrupción; es por eso que ahora en Estados Unidos, donde mis únicas preocupaciones son la competencia y la satisfacción del cliente, todo es mucho más fácil». A la larga lista de condiciones adversas que mencionaba el empresario hay que añadir ahora la necesidad de desarrollar la habilidad de liderazgo a distancia, esto es, dirigir las empresas desde el extranjero, desde San Antonio o Miami, a donde han emigrado por los problemas de inseguridad de todos conocidos. Los empresarios mexicanos se suman a otros latinoamericanos en tener que dirigir sus empresas a larga distancia. Ciertamente con el apoyo de las telecomunicaciones esto puede parecer más sencillo, pero para esto el empresario (a) debe desarrollar nuevas habilidades y competencias, además de preparar a su organización para operar con el director ausente. El sueño del líder de negocios es que la empresa funcione sin su presencia, que no se note cuando está de vacaciones o que marche tan bien que puede abrir una sucursal o adquirir una empresa en otro país y que todo siga siendo un buen negocio. Sin embargo, los roles directivos con frecuencia tienden a debilitarse con la falta de liderazgo, con el riesgo de convertir a la empresa en «empresa sin dueño». El grado de alejamiento del empresario puede variar, pero los riesgos son más o menos similares.

¿Cuáles son los roles principales del liderazgo y cuáles son los que se pueden debilitar con la escasez de presencia del director? Por supuesto van a depender de la empresa o grupo de empresas y del estilo del director en cuestión. El líder de negocios puede ser visionario, inspirador, conocer el negocio y el mercado a detalle, estar entrenado en los principios clásicos de saber mandar y obedecer, pero de pronto el juego cambió. La distancia interviene y no es lo mismo la junta presencial que la de Skype, el sentido de mercado y del cliente pueden cambiar. De todas las habilidades del liderazgo, la que se destaca en el nuevo juego es la de diseñar, construir y operar una organización. Si ésta es importante en la vida diaria de las empresas, se vuelve clave en la situación de distancia, ya que al no estar presente el líder, la empresa debe accionar sin el principal coordinador, el pivote de la comunicación y muchas veces también de quien es el experto en algún ramo (ventas o producción…).

El diseño de la organización tiene que ver con la estructura, quién le reporta a quién y de qué es responsable cada persona, cómo se comunican y cómo son los procesos de toma de decisiones. En ocasiones sólo se trata de un reacomodo de responsabilidades, pero en otros casos se requieren ajustes mayores al diseño de la estructura y a los procesos que deben seguir atendiéndose con o sin el líder.Después viene la construcción de la organización, cuáles son los puestos que hay que cubrir, a quién hay que contratar o preparar para el cambio. Se trata de escoger a la persona que sea la mejor para la posición y las circunstancias. Esto es obviamente más importante cuando los jefes tienen poco tiempo disponible para formar, alinear y coordinar a las personas. La tercera etapa de la organización es la operación de lo que se construyó. El día a día se convierte en la real prueba de la organización. Se busca que la falta del líder no merme la calidad de la comunicación y la colaboración. Para esto la organización debe operar los sistemas de control con el mayor cuidado (auditoría incluida).El tema del control tiene dos extremos. Como ahora el directivo sólo tiene la tarea de dirigir, tiende a estar todo el día compensando su ausencia tratando de «hacer cosas» para el negocio y esto se puede traducir en micro-management, tratando de involucrarse en los detalles. El otro extremo es dejar que la organización se las arregle como pueda mientras pasa la emergencia y olvidar la cultura de la rendición de cuentas que debe regir a la empresa.

Si usted está planeando salir del País o ya está fuera operando a distancia, tiene muchas cosas de qué ocuparse. Asegúrese de que la organización, su diseño y construcción sean de la mayor prioridad en su agenda, así el liderazgo adistancia será más sencillo.

 

Publicación: Periódico EL NORTE

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